Cada vez es más complicado llamar la atención de los consumidores actuales, que son bombardeados por un flujo constante de información y de anuncios publicitarios. Si tenemos en cuenta ya que las plataformas de streaming, que ofrecen un contenido atractivo para los usuarios, tienen que luchar para captar su atención, las marcas lo tienen todavía más complicado. A los consumidores, los contenidos publicitarios de las marcas les resultan aburridos, no les interesa esta tipo de mensajes, por lo que su cerebro los ignora.
Esto hace que las empresas tengan que ingeniárselas para crear estrategias que resulten más llamativas, con anuncios mucho más atractivos, que consigan no perderse entre el aluvión de contenidos que los consumidores desechan cada día y que encajen con los desafíos actuales.
Con lo cual, para gestionar una marca de éxito, ya no basta con lanzar un par de anuncios o implementar una estrategia de marketing aceptable, sino que implica conocer muy bien el mercado en el que nos movemos y activar aquellos resortes que nos permiten conectar con el consumidor y que recuerde nuestra marca y nuestros productos. Por este motivo, el branding y el marketing experiencial son dos estrategias que se han ido consolidando para lograr que las marcas sean memorables y que establezcan unos lazos más fuertes con los consumidores.
¿Qué beneficios tiene el branding?
Contar con una imagen de marca corporativa solvente nos permite contar con una buena carta de presentación frente a nuestro público objetivo. El branding es lo que nos ayuda a dejar claro quién es nuestra empresa, cuáles son sus valores y qué podemos ofrecer con nuestros productos y servicios. Utilizar los colores adecuados, elegir un buen logo o mantener una coherencia entre todos los elementos de la marca es lo que conforma nuestra identidad como empresa.
Pero además, las marcas no deben permanecer ajenas a los nuevos canales de comunicación o al potencial del storytelling a la hora de crear la identidad de marca. De hecho, las historias, por poner un ejemplo, son un pilar fundamental a la hora de forjar una identidad sólida que nos permita crecer. Todas las marcas de éxito se asientan sobre una identidad visual sólida, pero se encuentran respaldadas por una historia con una narrativa convincente que el consumidor conoce y comparte.
Esto es precisamente lo que hace que una marca destaque por encima de sus competidores. Si nos hemos esforzado por crear un buen branding, nuestro mensaje no se quedará perdido en medio de una avalancha de productos que desbordan el mercado, ya que el consumidor siempre podrá reconocerla y separarla del resto.
¿Qué beneficios tiene el marketing experiencial?
En un mercado saturado de estímulos y de elementos audiovisuales que luchan por llamar la atención de los consumidores, las marcas tienen que buscar otras opciones. Y, en este sentido, el marketing experiencial puede convertirse en una herramienta muy potente, ya que en este tipo de estrategias el consumidor se convierte en parte del mensaje, experimentando en primera persona la acción de marketing.
Aunque es posible desarrollar campañas de este tipo en el mundo online, no podemos olvidar el potencial de las estrategias de marketing experiencial en el mundo offline, especialmente a la hora de conectar con los consumidores. De hecho, en un mundo cada vez más online, los usuarios dan cada vez más valor a lo que sucede fuera de la red.
En cualquier caso, lo que está claro es que el marketing de experiencias debe apostar por acciones que conecten con la identidad de la marca y que respondan a las preferencias y expectativas de su audiencia. Sólo así podemos lograr que nuestro mensaje cale en la mente del consumidor, pues es más fácil recordar aquello que se ha experimentado.